Las toallitas femeninas y tampones son artículos indispensables para muchas mujeres. Durante muchos años fueron la única opción, pero nunca nos hablaron de sus impactos en el medio ambiente.
Estos productos están fabricados a partir de algodón, polímeros derivados del petróleo y celulosa. Sus procesos productivos consumen grandes cantidades de agua y energía de fuentes no renovables. Y una vez que finalizamos su uso terminan en rellenos sanitarios, lo cual también tiene un impacto en el medio ambiente.
En este artículo voy a hacer un recorrido por los ciclos de vida de los tres productos femeninos más usados en el mercado: toallitas, tampones y la copa menstrual.
El ciclo de vida de los productos femeninos descartables
Para que cada toallita femenina llegue a nosotros, deben llevarse a cabo distintos procesos que van desde la extracción de las materias primas (celulosa, algodón, principios activos de polímeros) hasta la disposición final de los productos en un relleno sanitario. Todos estos productos tienen un alto impacto en el medio ambiente.
El conjunto de todos estos procesos productivos se denomina ciclo de vida del producto. En la Imagen 1 podemos ver cada una de las etapas de la vida de una simple toallita femenina o tampón.
Estos productos están compuestos por tres materiales:
- Plásticos (derivados del petróleo)
- Celulosa (extraída de la tala de árboles)
- Algodón (cultivado en plantaciones de algodón)
Una vez extraídos estos materiales, pasamos a la etapa de manufactura de los productos y del packaging. Todos los procesos de fabricación consumen grandes cantidades de energía y también generan residuos que deben ser tratados correctamente o dispuestos en rellenos sanitarios.
Luego, tenemos las etapas de transporte, que tendrá mayor o menor impacto ambiental dependiendo del origen del producto en cuestión. Productos importados deben transportarse mayores distancias, con lo cual se necesitará usar una mayor cantidad de combustibles fósiles que para productos fabricados a nivel nacional.
Por último, pero no menos importante, están las etapas de uso y de disposición final. En la disposición de residuos en rellenos sanitarios se llevan a cabo procesos de descomposición anaeróbica que emiten gases de efecto invernadero como por ejemplo metano (CH4).
El packaging
Todos los productos de higiene femenina están recubiertos por distintos materiales que componen lo que conocemos como packaging.
Este packaging o envoltorio incluye varios materiales de distinto origen. Por ejemplo:
- Papel (Indicaciones de los productos, es muy habitual encontrarlo en los tampones)
- Cartón (Utilizado en tampones y en ocasiones en toallitas también)
- Plástico (Envoltorio individual de toallitas y de tampones)
- Papel de silicona (Sticker adhesivo que removemos de cada toallita)
En el caso de las toallitas, según estudios que cuantifican y pesan cada uno de estos materiales, se estima que alrededor del 30% del peso producto es exclusivamente packaging. El otro 70% es el producto en sí que utilizamos.
En muchos casos el packaging de estos productos es reciclable. Sin embargo, en muchas regiones y localidades de Argentina no resulta tan simple acceder a estos tratamientos por falta de logística y plantas de tratamiento cercanas. Es decir que en muchos casos estos residuos terminan en rellenos sanitarios también.
La huella de carbono
La huella de carbono es un indicador que nos permite cuantificar las emisiones de CO2 equivalentes* que se emiten al medio ambiente lo largo de todo el ciclo de vida de un determinado producto. Esto quiere decir que engloba todas las emisiones, desde las derivadas de los fertilizantes sintéticos en cultivos de algodón hasta las que se emiten en un relleno sanitario al final de la vida de los productos.
Y como cada producto tiene un ciclo de vida diferente, la huella de carbono asociada al mismo también será diferente.
Un estudio reciente de ciclo de vida, realizado en distintas instituciones ambientales reconocidas de Estados Unidos, analiza la huella de carbono de los 3 productos femeninos más utilizados a nivel mundial: toallitas, tampones y copa menstrual.
Según este estudio la huella de carbono de estos productos es (medida en kg de CO2eq por producto):
- Tampones: 0,029
- Toallitas: 0,018
- Copa menstrual: 0,42
La copa menstrual tiene una vida útil de 10 años, mientras los otros productos tienen una vida útil de un único uso. Estimando que se utilizan 20 productos femeninos en cada ciclo menstrual, obtenemos que la huella de carbono de una mujer acumulada durante 10 años es:
- Tampones: 46,8 kg de CO2eq
- Toallitas: 75,4 kg de CO2eq
- Copa menstrual: 0,42 kg de CO2eq
* Las emisiones de CO2 equivalentes contemplan no sólo emisiones de CO2 sino también de otros gases de efecto invernadero como metano y óxido nitroso, ponderadas dentro de este indicador por su GWP-100 (potencial de calentamiento global a 100 años).
La huella hídrica
La huella hídrica es un indicador que cuantifica el consumo de agua potable de un producto a lo largo de todo su ciclo de vida.
El consumo de agua abarca todas las etapas. Entre ellas se encuentran: el riego a los cultivos de algodón, la limpieza de las materias primas previo a su manufactura y el lavado de la copa menstrual en cada uno de sus usos.
Según el estudio mencionado anteriormente, la huella hídrica de cada uno de los tres productos analizados es:
- Copa menstrual: 900 litros
- Toallitas: 7,5 litros
- Tampones: 6,9 litros
Como ya fue mencionado, la copa menstrual tiene una vida útil de 10 años. Luego, la huella hídrica acumulada en 10 años para cada producto será:
- Copa menstrual: 900 litros
- Toallitas: 19500 litros
- Tampones: 17940 litros
Residuos dispuestos en rellenos sanitarios
Otro indicador muy importante a la hora de considerar impactos en el medio ambiente es la generación de residuos. Como podemos imaginar, la cantidad de residuos generada en el uso de productos de higiene femenina descartables es mucho mayor con respecto al uso de productos reutilizables (como por ejemplo la copa menstrual).
Según datos de un estudio reciente, el peso seco de cada producto femenino es (medido en gramos):
- Copa menstrual: 15
- Toallita: 9,3
- Tampones: 1,6
Aunque como todos sabemos que los productos descartables tienen un peso húmedo adicional cuando se descartan, usaremos los pesos secos de los productos para simplificar el análisis.
Luego, obtenemos que cada 10 años una mujer descarta la siguiente cantidad de residuos según el método utilizado (los datos se muestran en kg de residuos):
- Copa menstrual: 0,015
- Toallita: 24,18
- Tampones: 4,16
Conclusiones
Hoy el planeta se encuentra en una crisis climática y pide nuestra ayuda. Que reduzcamos no sólo nuestras emisiones de gases de efecto invernadero sino también que cuidemos el agua potable y prevengamos todo tipo de contaminación en el medio ambiente.
Y podés empezar a hacer todas estas acciones hoy. Desde tu casa. Reemplazando productos descartables de un único uso por productos duraderos con menores impactos ambientales.
Evacopa es todo eso. Te ayudamos a cuidar el medio ambiente y a vivir de una forma más sustentable. Todo en un solo producto.
Referencias
Lorey, Y. et al., “Which hygienic products for which continent? Design for usage and sustainability”, Design Methods, 2016.
Hait, A., Powers, S., “The value of reusable feminine hygiene products evaluated by comparative environmental life cycle assessment”, Resources, Conservation & Recyling 150, 2019
Flamand, I., “The Menstrual Cup Effect”, Wageningen University, Science Works, 2018.
Vostral, S., “Toxic shock syndrome, tampons and laboratory standard–setting”, CMAJ 189 (20) 2017.